miércoles, abril 08, 2015

De las Cintas de la Verdad: [XXVII Miedos]

En otoño de 1971, Roberto anotó unos comentarios acerca de un escrito anónimo que versaba sobre el trabajo del antropólogo de oficio Jesús Caraglio (1859), en el cual observaba algunas particularidades sobre el miedo.
Sostenía el desconocido intermediario, que para Caraglio el ser humano, conoce el miedo en los umbrales del neolítico o acaso antes (es muy vago en detalles el escrito); y establece una dudosa relación entre este sentir y el descubrimiento de la conservación de los alimentos. Señala aquella como alegoría de la capacidad de proyectar en el futuro.

Transcribo la supuesta cita de Caraglio en poder de Roberto: “El hombre de aquél entonces, cambia su preocupación por lo inmediato y concibe así preocupaciones de luna siguiente. Del apuro por saberse satisfecho hoy, se muda a la organización de una cena (tal vez sea este el inicio de la amistad). El hecho de preservar un animal cazado mediante salado, ahumado, o como cazzo fuere le permite pensar en un mañana sin salidas de su refugio. Es probable que hayan imitado este comportamiento de osos y tortugas.”

Roberto, sin dejar de sospechar sobre las palabras del arqueólogo y de su anónimo intérprete, e incluso desvalorizándolas; se permite charlar sobre el tema con los más cercanos al fogón: Miguel Mengano y Arquímedes Paspat Toot (según reza la etiqueta de la caja).

Esta charla es la registrada bajo el magnetofón [Cintas de la Verdad XXVII - Miedos]. Algunos pasajes se pierden entre el crepitar de los leños; y la lejanía del orador. Otros momentos fueron suprimidos adrede por el carácter recóndito de lo versado.
El lugar geográfico, según Felipe Magolla es Uribelarrea. La fecha es imprecisa, aunque con certeza, se puede ubicar en tiempo primaveral. 
Ante la ausencia de otras voces y el discurrir del discurso, se ha puesto en duda la presencia de Miguel y Arquímedes. Aunque este último dato, poca mella nos hace. 

Esta es la desgrabación:

Anoche me recosté con una fatiga infrecuente. Entré en sueño apenas rocé la almohada. Sin embargo y desconociendo aún el motivo, apenas arrimado a las tres de la mañana, en el silencio más amplio, tuve miedo. Y desperté.

[…] tengo unos cuantos miedos guardados, pero créanme que nada como lo que sucedió esta noche. Los míos, ya conocidos, son amorfos y disimiles. Unos pequeños, y de corta vida, efímeros como las moscas . Y acaso igual de molestos.
Otros ya más hechos y derechos, distinguibles a distancia sin catalejo. Me acompañan desde hace un tiempo, me conocen. Hasta diría que nos tuteamos y pasamos por alto formalidades para desembocar en sudores y palpitaciones. ¿Me siguen frescos?

[…] se comportan como huéspedes ocasionales. Se mudan por períodos; están a mitad de camino entre miedo y preocupación; indefinidos. Por las dudas, y a falta de ser un pelafustán de feria, les recomiendo que siempre tengan un miedo al alcance de la mano. 
Yo los guardo en una gaveta de lapacho, en el taller del fondo, cruzando el patio. Las noches que salgo a tomar aire, los escucho murmurar. Entiendo que les falta libertad. Es abrir la gaveta y algunos se me prenden, se sujetan de la corbata o a la faltriquera. Entonces se vienen conmigo.

[…] usualmente el lugar donde se alojan los miedos es en el pecho. Y confieso sin temor a [...] que duelen; y es por la torpeza que tienen empujando para salir.
Los ya maduros, se acomodan en la boca del estómago y juegan a estrangularlo, practican nudos bandoleros. Esos son miedos que no quieren estar más, con sólo gritarlos y acaso nombrarlos en el momento justo desaparecen.
Si están en el pecho no. Esos se agrandan y de golpe se desinflan. Dejan algo que parece un vacío, pero siguen ahí. Liberar un miedo puede llevar meses, incluso lustros.

[…] fue anoche. Entonces cerré la gaveta. Atravesé el patio y entré. El mate estaba listo.


Luego habla sobre la importancia de echar más leña al fuego en el momento justo y del uso ventajoso de botas en vez de alpargatas en el campo con espinas; aparece Irma como interlocutora.


Nos anuncia Felipe Magolla que es mucho el hilo en el carretel y seguramente habrá más material.

Se habla de una cinta encontrada en Países Bajos, durante un paseo en bicicleta, en el verano de 2015.